Durante los meses de febrero y marzo, el Secretariado Uruguayo de la Lana organizó un ciclo de jornadas presenciales en establecimientos ganaderos de la zona norte del país, que se denominó “Mejor con ovinos, escuchando a los protagonistas”.
El objetivo que persiguió este ciclo de charlas fue mostrar la realidad de productores que han tomado decisiones de ajuste, reorientación o cambio en sus sistemas de producción para obtener mejores resultados físicos y económicos con sus ovinos.
Año a año, entre enero, febrero y marzo, la mayoría de los productores toman decisiones significativas en cuanto al rol del rubro ovino en sus esquemas productivos, a la vez que evalúan estrategias de cambio o mejora. El equipo técnico de SUL consideró oportuno difundir y dar a conocer experiencias de productores que, con entusiasmo, afán de superación y ganas siguen apostando al rubro, en la zona más ovejera del país, en la previa a una nueva zafra de reproductores y anticipando el inicio de un nuevo ciclo productivo con los servicios de fin de verano – otoño de 2025.
Repaso de las jornadas
La primera actividad de este ciclo se desarrolló en el establecimiento “Delia”, de la familia Barragué, ubicado en el corazón del Basalto, en la zona de Carumbé (departamento de Salto), sobre Ruta 31, 155 km al este de la ciudad de Salto y 71 km al oeste de la ciudad de Tacuarembó. Delia es un establecimiento ganadero típico del Basalto, con un índice CONEAT promedio de 54, 80 % de suelos superficiales y predominancia de campo natural. Cuenta con 3.400 ha y 40 potreros donde se desarrolla un sistema de cría con venta de terneros al destete y vacas gordas a industria en los vacunos y un ciclo completo con venta de borregos después de la esquila de su segundo vellón y ovejas de descarte en los ovinos. Es un sistema que obtiene buenos ingresos por carne ovina a partir de buenos niveles de señalada y adecuados pesos de venta. Además, con casi 2 ovinos por ha y cerca de 8 kg de lana por ha, un fuerte componente de los ingresos del rubro ovino proviene de la lana. En ese sentido, Delia actualmente se encuentra en un proceso de absorción y transición hacia la producción de lanas por debajo de las 20 micras, utilizando la raza Merino Australiano como herramienta. Históricamente, el esquema productivo en los ovinos siempre tuvo un fuerte componente lanero, dado que las hembras se incorporaban a la majada de cría con 30 meses de edad (4 – 6 dientes) y se vendían capones luego de la esquila de su tercer vellón. La producción de lana por unidad ganadera ovina siempre fue un indicador relevante para “Delia” y se debe considerar que la producción anual de lana del establecimiento oscila entre 25 y 30 mil kg. Ante la inquietud por mejorar los ingresos por concepto lana, la empresa interpretó las señales del mercado que demandan lanas más finas que las que el establecimiento habitualmente producía (23 – 24 micras) y del menú de opciones disponibles para alcanzar este cometido se decidió optar por el cambio de majada.
El objetivo que persiguió este ciclo de charlas fue mostrar la realidad de productores que han tomado decisiones de ajuste, reorientación o cambio en sus sistemas de producción para obtener mejores resultados físicos y económicos con sus ovinos.
Año a año, entre enero, febrero y marzo, la mayoría de los productores toman decisiones significativas en cuanto al rol del rubro ovino en sus esquemas productivos, a la vez que evalúan estrategias de cambio o mejora. El equipo técnico de SUL consideró oportuno difundir y dar a conocer experiencias de productores que, con entusiasmo, afán de superación y ganas siguen apostando al rubro, en la zona más ovejera del país, en la previa a una nueva zafra de reproductores y anticipando el inicio de un nuevo ciclo productivo con los servicios de fin de verano – otoño de 2025.
Repaso de las jornadas
La primera actividad de este ciclo se desarrolló en el establecimiento “Delia”, de la familia Barragué, ubicado en el corazón del Basalto, en la zona de Carumbé (departamento de Salto), sobre Ruta 31, 155 km al este de la ciudad de Salto y 71 km al oeste de la ciudad de Tacuarembó. Delia es un establecimiento ganadero típico del Basalto, con un índice CONEAT promedio de 54, 80 % de suelos superficiales y predominancia de campo natural. Cuenta con 3.400 ha y 40 potreros donde se desarrolla un sistema de cría con venta de terneros al destete y vacas gordas a industria en los vacunos y un ciclo completo con venta de borregos después de la esquila de su segundo vellón y ovejas de descarte en los ovinos. Es un sistema que obtiene buenos ingresos por carne ovina a partir de buenos niveles de señalada y adecuados pesos de venta. Además, con casi 2 ovinos por ha y cerca de 8 kg de lana por ha, un fuerte componente de los ingresos del rubro ovino proviene de la lana. En ese sentido, Delia actualmente se encuentra en un proceso de absorción y transición hacia la producción de lanas por debajo de las 20 micras, utilizando la raza Merino Australiano como herramienta. Históricamente, el esquema productivo en los ovinos siempre tuvo un fuerte componente lanero, dado que las hembras se incorporaban a la majada de cría con 30 meses de edad (4 – 6 dientes) y se vendían capones luego de la esquila de su tercer vellón. La producción de lana por unidad ganadera ovina siempre fue un indicador relevante para “Delia” y se debe considerar que la producción anual de lana del establecimiento oscila entre 25 y 30 mil kg. Ante la inquietud por mejorar los ingresos por concepto lana, la empresa interpretó las señales del mercado que demandan lanas más finas que las que el establecimiento habitualmente producía (23 – 24 micras) y del menú de opciones disponibles para alcanzar este cometido se decidió optar por el cambio de majada.
El Ing. Agr. Juan Barragué, administrador del establecimiento, compartió con el público presente, la lógica detrás de los cambios realizados en los ovinos en los últimos años. Más allá de las dificultades asociadas a tomar decisiones de cambio tan drásticas, Barragué basó sus argumentos en el volumen de lana que produce “Delia” y en el impacto que se logra en el precio que se obtiene por la misma. En 2024 el establecimiento produjo, por un lado, aproximadamente 11 mil kg de lana de 24,2 micras (proveniente únicamente de la esquila de animales adultos de la majada original) y, por otro lado, aproximadamente 11 mil kg de lana de 17,6 micras (proveniente de la esquila de animales adultos y borregos, de la nueva majada y cruzas). La diferencia de ingreso bruto entre estos dos lotes de lana fue cercana a los US$ 40.000.
Hubo acuerdo en señalar que, a la luz de las señales que ha brindado el mercado lanero en los últimos 4 – 5 años, aquellos sistemas que tienen grandes expectativas de ingreso por concepto lana deben ubicar su lote por debajo de las 20 micras. Por otra parte, también se señaló la importancia de apuntalar los ingresos por carne ovina, que dependen fundamentalmente del desempeño reproductivo de la majada y del peso con que se venden los animales, sean corderos, borregos, capones u ovejas. En línea con el concepto que se ha promovido desde SUL en múltiples jornadas, charlas, actividades de difusión y/o giras de sociedades de criadores, en sistemas que producen lana fina de alto valor, el aporte de la carne ovina puede significar “otra zafra de lana”. Esto implica que, en escenarios de precios relativamente bajos para las lanas finas y altos para la carne ovina, y/o ante muy buenos resultados reproductivos o de pesos de venta de los animales, en sistemas de producción como el de “Delia”, típico del Basalto, la magnitud de los ingresos por carne ovina puede ser similar a la de los ingresos por lana.
Además de examinar animales en los bretes, se repasaron algunas claves del manejo sanitario de estos sistemas con el DMV. Sergio Fierro, haciendo particular énfasis en parásitos gastrointestinales y afecciones podales. Al cierre, la concurrencia destacó que los cambios realizados por la familia Barragué le permitieron mejorar los ingresos con los ovinos y alcanzar un registro muy satisfactorio de US$ 54/ha de ingreso bruto, con algo menos de 2 ovinos por unidad de superficie, en un año que se ha descripto como complejo y desafiante para el rubro. Si se sostienen buenos registros de producción física, que son elementos sobre los cuales el productor tiene mayor margen de acción, ante la eventual llegada de mejores precios, el ingreso bruto de los ovinos puede alcanzar niveles mucho mayores tal que se equiparen, por ejemplo, a los costos de arrendamientos promedio para tierras de uso ganadero.
La segunda actividad del ciclo se desarrolló en el establecimiento “San Carlos” de la familia Larrosa, ubicado en la zona de Cardozo Chico (departamento de Tacuarembó), 54 km al norte de la ciudad de Paso de los Toros y 96 km al sur de la ciudad de Tacuarembó. “San Carlos” es un establecimiento ganadero pionero en la cría y desarrollo de la raza Border Leicester. La explotación ovina se desarrolla en una fracción del campo que el DMV. Federico Larrosa Duhalde arrienda a su familia. Se trata de un sistema de producción extensivo, orientado a la producción de carne ovina, con foco en la simplicidad y facilidad de manejo. Anualmente se encarneran 400 – 450 ovejas que se manejan en un área de 516 ha, con mayoría de campo natural. El objetivo de “San Carlos”, como cualquier sistema de producción que obtiene su principal ingreso en los ovinos por la carne, pasa por maximizar señalada y peso de venta. Resultó interesante examinar cómo se buscan estos objetivos en “San Carlos”, con el Border Leicester como recurso genético, en un marco general donde la premisa es reducir intervenciones y no complejizar el manejo. Larrosa destacó que, a su juicio, las ovejas en sistemas como éste, deben ser prolíficas, con buena habilidad materna y peso adulto moderado.Entre las principales tecnologías utilizadas destacan: servicios de fin de verano – otoño, parición de fin de invierno – comienzo de primavera, encarnerada de corderas, ecografía y manejo diferencial por carga fetal y doble esquila (pre – servicio y pre – parto). Anualmente la majada de cría se sirve entre marzo y abril, lo que conduce a pariciones en agosto y septiembre. El destete se realiza en enero y los corderos se venden como corderos pesados tipo SUL invernados sobre campo natural entre mayo y octubre del siguiente año. En los últimos años, la señalada potencial promedio (corderos ecografiados sobre ovejas servidas, expresado en porcentaje) alcanza 144 %, mientras que el porcentaje de destete oscila en el eje del 110 %.
El establecimiento obtiene muy buenos resultados reproductivos, buenos niveles de destete y adecuados pesos de venta. Sin embargo, aún existe un importante margen de mejora, dado el potencial reproductivo que año a año se genera. Algunas herramientas que podrían incorporarse sin generar grandes cambios en la premisa general de mantener un esquema sencillo, son el empleo de animales de guarda para mejorar el control de predadores y la utilización de razas carniceras en esquema de cruzamiento terminal que podría conducir a vender corderos más pesados y/o anticipar los momentos de venta.
Los asistentes destacaron la sencillez del enfoque en los ovinos, los resultados que se obtienen en ese marco y la importancia de contar con objetivos de producción claramente fijados y coherentes con los recursos que se le pretenden asignar o destinar al rubro. En otro orden, hubo consenso en subrayar que para sistemas que tienen un ingreso muy bajo o nulo por concepto lana, el peor escenario es tener señaladas magras (inferiores a 100 %) y vender corderos livianos (pesos de carcasa menores a 16 kg). Evidentemente, el objetivo es maximizar ambas variables, procurando de forma ideal vender en kilogramos de corderos en pie un monto similar al peso de la oveja que mantenemos en el campo. Dicho de otro modo, si las ovejas pesan 60 kg, el objetivo sería vender 60 kg de cordero en pie, por oveja. Esto implicaría acercarse al techo de producción de carne en ovinos.
De modo general, los mensajes recogidos en esta jornada y que son extensivos a otros sistemas de producción similares al de “San Carlos”, se pueden resumir en la formulación del siguiente objetivo: más corderos, que sobrevivan, que crezcan rápido y que alcancen el peso de venta lo antes posible de manera de poder maximizar la cantidad de hembras destinadas a la reproducción en el sistema.
La tercera actividad del ciclo “Mejor con Ovinos, escuchando a los protagonistas” continuó en el departamento de Rivera, en la zona de Amarillo, visitando el establecimiento “Marca Norte” de la familia Rodríguez. “Marca Norte” es un establecimiento ganadero sobre sierras de Cristalino, con mayoría de suelos superficiales y moderadamente profundos y afloramientos rocosos, en el centro – este del departamento de Rivera, más precisamente 97 km al sureste de la ciudad capital y 106 km al este de la ciudad de Tacuarembó. El establecimiento cuenta con 926 ha en cinco fracciones cercanas unas de otras, con un índice CONEAT promedio de 76. En cuanto al uso del suelo, el campo natural representa el 85 % del área total con 782 ha, a lo que se suman 114 ha de mejoramientos de campo y verdeos de invierno y 30 ha de monte nativo.
Se trata de un establecimiento ganadero típico de ganadería mixta y alta proporción de campo natural, que maneja aproximadamente 0,75 vacunos por ha y 1 ovino por ha. En vacunos, se utiliza la raza Hereford, en un sistema incompleto con venta de terneros en torno al año de edad, en noviembre, con 320 kg aproximadamente, previo pasaje durante su primer invierno de vida por el área de verdeos de invierno con que cuenta el establecimiento. Los terneros suelen comercializarse con destino a invernada tradicional o corrales de engorde. Las vacas falladas y de descarte se venden gordas a industria. Anualmente el rodeo de cría alcanza aproximadamente 350 vacas.
En ovinos, se utiliza la raza Merino Australiano, en un esquema de ciclo completo con foco en la producción de lanas finas. En cuanto a la producción de carne ovina, se venden borregos a industria, en el otoño, antes de su segundo invierno en el campo (con 18 meses de edad aproximadamente), habiendo sido esquilados una vez y, por otro lado, ovejas de refugo post esquila, a industria o eventualmente en ferias locales. Anualmente se sirven aproximadamente 450 hembras, con encarnerada de otoño y la edad al primer servicio es de 18 meses (2 dientes). La encarnerada se realiza a partir del 15 de abril, con una duración total de los servicios de 45 días. La señalada promedio en los últimos años oscila en torno al 80 %.
Entre los principales objetivos del sistema ovino, se encuentran: propender hacia la simplicidad, mantener el diámetro promedio del lote de lana en el eje de las 18 micras, sostener un peso adulto de la majada en torno a 45 kg y alcanzar pesos de venta en los borregos de 40 kg a los 18 meses de edad.
Considerando sus objetivos productivos el componente mejoramiento genético es muy importante para la familia Rodríguez. En ese sentido, se adquieren carneros de cabañas que están en la Evaluación Genética Poblacional, priorizando animales destacados por datos de DEPs para diámetro, peso de vellón y peso del cuerpo. En el caso de la selección de las hembras de reemplazo: se clasifican por apreciación visual y tamaño, se realiza análisis de OFDA al primer vellón mediante el envío de muestras individuales al laboratorio de lanas del SUL y se plantea alcanzar un peso mínimo individual de 38 kg al servicio. Para ratificar la importancia de contar con ovinos en el campo, Marcelo Rodríguez, administrador de “Marca Norte”, afirmó que el rubro representa un porcentaje de los ingresos brutos igual o mayor a su participación en la carga animal total. De hecho, en la actualidad los ovinos alcanzan un 19 % de la carga animal total y en el promedio de los años contribuyen con un 20 % de los ingresos totales del establecimiento, proporción que puede ser sustancialmente mayor en escenarios de mejores precios para las lanas finas.En 2024, “Marca Norte” produjo 2.874 kg de lana, acondicionada con Grifa Verde, de 18,2 micras promedio y comercializó borregos en otoño que pesaron 39 kg en pie. Estos registros de producción física, sumado a los precios obtenidos por la lana y carne ovina, generaron un ingreso bruto total del rubro ovino de US$ 36/ha. Si se analiza el monto total del ingreso bruto de los ovinos, que fue de US$ 32.038 en 2024, y se lo relativiza a la cantidad de ovejas encarneradas, se puede ver analizar la pertinencia de aumentar la participación de los ovinos en el establecimiento. En un razonamiento que puede servir a otros establecimientos de la región se concluyó que el rubro es rentable, pero si pretende un negocio que cifre más, debe escalarse.
Rivera es uno de los departamentos del norte del país que ofrece mayores posibilidades de crecimiento para el rubro ovino, si se analiza que la carga ovina, según datos de DICOSE, no alcanza siquiera el medio ovino por hectárea de campo natural. Los productores y técnicos de la zona que participaron de la jornada coincidieron en destacar el enfoque ganadero de “Marca Norte”, que incluye al ovino, con objetivos de producción claros, en una lógica de complementariedad con el rubro vacuno, diversificación de ingresos y competitividad en tiempos de déficit hídrico.
La cuarta jornada del ciclo se organizó en el establecimiento “La Tuna” de la firma A. y E. Stolovas Hnos. SG en la zona de Tres Cerros de Catalán, departamento de Artigas. El establecimiento que cuenta con 3.504 ha, se ubica 40 km al sur de la ciudad de Artigas, sobre suelos de Basalto con un índice CONEAT promedio de 40. Se trata de un típico campo que suele catalogarse como criador y/u ovejero. El paisaje tiene una importante participación de escarpas basálticas, afloramientos rocosos y suelos muy superficiales mientras que la escasa proporción de suelos profundos y el monte ribereño se asocia a cursos de agua presentes en el establecimiento.
“La Tuna” cuenta con 26 potreros (superficie máxima 662 ha – superficie mínima 5 ha), 3.455 ha de campo natural y sólo 49 ha de mejoramientos extensivos. En vacunos, se utiliza la raza Braford en un esquema de cría, donde los terneros y terneras post destete se envían a otro predio de la firma para los procesos de recría e invernada. En ovinos, se emplea la raza Merino Dohne en una lógica “doble propósito” moderna de producción de lana fina de valor y venta de corderos pesados al año de edad luego de la esquila de su primer vellón. Similar a lo que sucede con los vacunos, el engorde los corderos se realiza en otro predio de la firma en Paso del León (noroeste de Artigas) sobre praderas y/o verdeos. Los machos suelen enviarse al campo donde se realiza la invernada post destete. En definitiva, considerando las características de los recursos naturales del campo y la complementariedad con otros establecimientos que maneja la firma, “La Tuna” concentra la cría en vacunos y ovinos de la empresa. La referencia general de carga animal con que se maneja “La Tuna” es 0,65 UG/ha, aunque actualmente como consecuencia de la sequía de 2022/2023 y otros ajustes, la carga total alcanza 0,44 UG/ha, con 66 % correspondiente a los vacunos y 34 % a los ovinos.
En los ovinos se aplica un paquete tecnológico muy completo y riguroso con foco en herramientas de bajo costo y alto impacto. Al momento del destete se apartan los corderos de menor peso y desarrollo para ser suplementados y monitoreados en potreros cercanos al casco. En 2025, se realizó suplementación con grano de lupino en comederos de auto – alimentación. Esta estrategia tiene una lógica de reducir la mortandad en el “lote de cola” y equiparar el peso y desarrollo de los corderos más “rezagados” con el resto de la generación, dado que con frecuencia quincenal o mensual se revisa el lote de animales suplementados, se retiran los corderos que cuentan con un peso y desarrollo adecuado y se agregan al lote de corderos destetados sobre campo natural. La selección de las hembras de reemplazo se basa en apreciación visual por características raciales, se exige un peso mínimo individual al servicio de 40 kg, determinación del diámetro en el primer vellón por OFDA con identificación individual y registro de peso de vellón sucio en la primera esquila. En el caso de los carneros, se utilizan reproductores con datos de DEP o Flock Testing provenientes de la cabaña Merino Dohne que la firma posee en otro establecimiento. En el servicio, que se realiza a monta natural por espacio de 35 días a partir del 25 de marzo en el caso de las ovejas adultas y del 5 de abril para las borregas, se pintan los carneros con tierra de color, apartándose las ovejas servidas día por medio, para luego ser reincorporadas al lote a los 14 días, con el correspondiente cambio en el color con que se pintan los machos (se cambia de color cada dos semanas). De esta manera se pretende ir monitoreando el avance de la encarnerada y tener información respecto a la fecha probable de parto y el armado de lotes de parición. Esta información recabada en el servicio, se coteja y complementa con la información que provee la ecografía, que se realiza a los 90 días de iniciados los servicios. En la ecografía se identifican y apartan ovejas con carga fetal múltiple para su tratamiento diferencial con suplementación hasta la parición. Según la información de las ecografías en 2023 y 2024 el porcentaje de ovejas con gestación múltiple promedia 25 % en las ovejas adultas y 12 % en las borregas. Se realiza esquila pre – parto en junio, mientras que las categorías solteras se esquilan en agosto – septiembre. La esquila se realiza con máquina acreditada Grifa Verde y el establecimiento cuenta con certificaciones RWS, Nativa y Orgánica. El diámetro promedio del lote de lana para la zafra 2024 fue 17,9 micras y la producción de lana total alcanzó los 11.761 kg.
Toda esta batería de medidas de manejo, nutrición y mejoramiento genético se apoyan en un control sanitario ajustado. Las dosificaciones antihelmínticas, en las distintas categorías, se realizan en base al monitoreo mensual por análisis coproparasitario (HPG). El establecimiento cuenta con información actualizada de Lombritest, de modo de conocer la eficacia de las drogas que se utilizan para el control químico de los parásitos gastrointestinales. Además, en el verano se hace una revisación individual anual a todos los animales del establecimiento para el control de afecciones podales. El resultado de señalada en los últimos años se ubica en el eje del 90 %, con un tamaño de majada entre 1.500 y 2.000 hembras encarneradas. El Ing. Agr. Martín Weiszman Stolovas, encargado de “La Tuna”, además de repasar todas las tecnologías utilizadas, justificó estos resultados en la elección de los potreros de parición donde se priorizan lugares naturalmente abrigados y fáciles de recorrer, en el loteo de las ovejas por fecha probable de parto, en el manejo diferencial de las ovejas melliceras y en el convencimiento de que ovejas en mejor condición corporal paren corderos más pesados, y corderos más pesados mueren menos.
El caso de “La Tuna” muestra que las herramientas disponibles para mejorar el desempeño reproductivo y los resultados físicos y económicos en los ovinos son conocidas y han sido extensamente documentadas y validadas. El éxito no radica tanto en conocer esas herramientas, sino en aplicarlas. Al cierre de la jornada, los integrantes de la firma compartieron su testimonio respecto a la importancia de los ovinos en la empresa, donde el rubro representa aproximadamente el 40 % del ingreso bruto total. En el caso de “La Tuna”, destacaron especialmente el impacto que tiene contar con ovinos en campos de Basalto ante la ocurrencia cada vez más frecuente de temporadas de déficit hídrico severo. Los ovinos tienen un desempeño productivo superior a los vacunos en esos escenarios, y en caso que se tenga que prescindir de parte del stock, es relativamente más fácil volver a poblar los campos con la especie ovina.Finalmente, la quinta y última jornada del ciclo “Mejor con Ovinos, escuchando a los protagonistas” tuvo lugar en el establecimiento “La Concordia” de la familia Notejane, ubicado en la zona de Salsipuedes, en el suroeste del departamento de Tacuarembó. “La Concordia” se encuentra sobre la Ruta 20, en la margen este del arroyo Salsipuedes, límite departamental entre Río Negro y Tacuarembó, 29 km al noroeste de Paso de los Toros y 136 km al sur de la ciudad de Tacuarembó.
El establecimiento cuenta con 635 ha en dos fracciones, una al norte y otra al sur de la Ruta 20. El índice CONEAT promedio es 90. Los suelos son típicos de Basalto, con una interesante combinación de suelos superficiales y profundos. “La Concordia” cuenta con un 47 % de suelos de Basalto superficial y 40 % de suelos de Basalto profundo, más un 13 % de suelos intermedios y bajos asociados al arroyo Salsipuedes. La explotación ganadera se desarrolla utilizando 14 potreros, con 580 ha de campo natural, 20 ha de verdeos de invierno y 35 ha de montes de abrigo y sombra en convenio con UPM Forestal Oriental.
La carga animal registrada al momento de la visita fue 0,74 UG/ha, con 61 % de la misma correspondiente a los vacunos y 34 % asociada a los ovinos. Como referencia general, “La Concordia” maneja dos ovinos por hectárea. En los vacunos, se hace cría con venta de terneros al destete y vacas gordas a industria o vacas de invernada. Anualmente integran el rodeo de cría 200 hembras aproximadamente. Se utilizan las razas Hereford y Aberdeen Angus, criadas en forma pura. En los ovinos, se cuenta con un ciclo completo con la raza Merino Australiano, con venta de borregos de 2 a 4 dientes, en el otoño, habiendo sido esquilados una sola vez o eventualmente después de la esquila de su segundo vellón en la primavera. Se realiza servicio de otoño, generalmente iniciando en el mes de abril y se encarneran borregas de 2 dientes (18 meses de edad). Otras tecnologías utilizadas son: uso de ecografía, esquila pre – parto entre julio y agosto y esquila de las categorías solteras en septiembre, parición de primavera y destete en enero sobre pasturas seguras (potrero reservado libre de pastoreo ovino por 60 – 90 días). Dependiendo de las particularidades de cada año y del peso al destete de los corderos, se ha recurrido a la suplementación para mejorar los resultados de la recría ovina y alcanzar los objetivos productivos en machos y hembras. “La Concordia” cuenta, por un lado, con una majada general con foco en la producción de lanas superfinas (entre 15,6 y 18,5 micras) y ultrafinas (menos de 15,5 micras) y producción de carne ovina, y, por otro lado, con un plantel para la venta de reproductores machos y hembras con datos de DEPs, puesto que la cabaña integra la Evaluación Genética Poblacional de la raza. “La Concordia” integra el Consorcio Regional de Innovación de Lanas Ultrafinas del Uruguay (CRILU) y fue predio foco del FPTA 350 CRILU Merino$.
El desempeño reproductivo en 2024 de la majada de cría registró en 470 ovejas encarneradas, 92 % de preñez con 28 % de mellizos y 80 % de señalada. Si bien existe un margen de mejora para cosechar más corderos, la empresa considera que los resultados son satisfactorios para el nivel de intervención que se está dispuesto a realizar. En lo que refiere a la sanidad ovina, se realizan las tomas estratégicas (pre – servicio, pre – parto, señalada y destete) y se monitorean las categorías de recría a través del muestreo mensual de HPG. Se reservan potreros para el destete de los corderos, mientras que en cuanto a enfermedades infecciosas se hace una vacunación anual contra clostridiosis y los corderos se vacunan contra Ectima contagioso en la señalada. No se reportan problemas de afecciones podales y para el control de ectoparásitos se hace aplicación de producto pour – on inmediatamente post esquila.
Fernando Notejane, administrador del establecimiento, compartió información relativa a los resultados de producción física y económica del rubro ovino en 2024. En este sentido, se destacó la venta de 250 borregos, de 42 kg promedio en pie, que alcanzaron 18 kg de peso de carcasa promedio en el frigorífico y se comercializaron a US$ 4,19/kg, un precio particularmente bueno en el contexto histórico. Por otro lado, el establecimiento produjo aproximadamente 6 kg de lana por ha, de 16,3 micras y 81,5 % de rendimiento al lavado, acondicionada Grifa Verde y con certificación RWS, que se valorizó a US$ 7,20 el vellón y US$ 1,00 los subproductos (precio 90/10). Estos registros de 2024 determinaron que el rubro ovino generó un ingreso bruto total de US$ 72/ha, con un 57 % correspondiente a la lana y 43 % a la carne ovina, sin considerar la venta de genética. Más allá de la importancia que tiene la lana fina en estos sistemas de producción, que en años de precios buenos o muy buenos alcanzó registros cercanos a los US$ 15/kg para la lana del establecimiento, hubo acuerdo en señalar la relevancia de apuntalar los procesos de reproducción, crecimiento y engorde de los corderos o borregos para obtener también buenos ingresos por concepto carne ovina.
La familia Notejane planteó que pretende continuar con el proceso de afinamiento de su lote de lana, en el entendido que la producción de lanas superfinas y ultrafinas genera la posibilidad de acceder a mayores precios y más agilidad de comercialización. Por otra parte, también se subrayó la importancia de atender y no descuidar la producción de lana individual y el peso del cuerpo. La visita a “La Concordia”, en el marco de este ciclo, permitió examinar el rol y aporte que puede tener y tiene la producción de lana fina de alto valor en la ganadería extensiva del Basalto, constatar que la producción física con buenos indicadores sostiene resultados económicos atractivos en escenarios de precios “magros” y reflexionar sobre la importancia de los ingresos por carne ovina en sistemas que producen lanas superfinas y ultrafinas.
Comentarios finales
En un escenario general de desánimo y cierta frustración respecto del rubro ovino, también hay productores entusiasmados y resilientes. Estos entusiastas de la oveja comprenden que el negocio ovino es un continuo, que alcanzar buenos ingresos, en escenarios de precios poco satisfactorios y costos crecientes, depende de la productividad y que sostener sus sistemas de producción, en tiempos de crisis, realizando los ajustes que los mercados requieren, es fundamental para tener éxito con coyunturas más favorables. Este ciclo pretendió visibilizar algunos de estos casos, y difundir con más fuerza experiencias en las cuales la oveja es una opción rentable, segura y exitosa. En la promoción del rubro ovino vale aquello de “tenemos buenas historias para contar, simplemente hay que contarlas con más frecuencia”.
El equipo técnico de SUL agradece a los productores, técnicos y público en general que acompañaron las actividades y especialmente a los productores anfitriones de este ciclo, por su buena disposición y voluntad para compartir sus experiencias y resultados. En el canal de YouTube de la institución se puede encontrar testimonios recogidos en este ciclo y material complementario.
Hubo acuerdo en señalar que, a la luz de las señales que ha brindado el mercado lanero en los últimos 4 – 5 años, aquellos sistemas que tienen grandes expectativas de ingreso por concepto lana deben ubicar su lote por debajo de las 20 micras. Por otra parte, también se señaló la importancia de apuntalar los ingresos por carne ovina, que dependen fundamentalmente del desempeño reproductivo de la majada y del peso con que se venden los animales, sean corderos, borregos, capones u ovejas. En línea con el concepto que se ha promovido desde SUL en múltiples jornadas, charlas, actividades de difusión y/o giras de sociedades de criadores, en sistemas que producen lana fina de alto valor, el aporte de la carne ovina puede significar “otra zafra de lana”. Esto implica que, en escenarios de precios relativamente bajos para las lanas finas y altos para la carne ovina, y/o ante muy buenos resultados reproductivos o de pesos de venta de los animales, en sistemas de producción como el de “Delia”, típico del Basalto, la magnitud de los ingresos por carne ovina puede ser similar a la de los ingresos por lana.
Además de examinar animales en los bretes, se repasaron algunas claves del manejo sanitario de estos sistemas con el DMV. Sergio Fierro, haciendo particular énfasis en parásitos gastrointestinales y afecciones podales. Al cierre, la concurrencia destacó que los cambios realizados por la familia Barragué le permitieron mejorar los ingresos con los ovinos y alcanzar un registro muy satisfactorio de US$ 54/ha de ingreso bruto, con algo menos de 2 ovinos por unidad de superficie, en un año que se ha descripto como complejo y desafiante para el rubro. Si se sostienen buenos registros de producción física, que son elementos sobre los cuales el productor tiene mayor margen de acción, ante la eventual llegada de mejores precios, el ingreso bruto de los ovinos puede alcanzar niveles mucho mayores tal que se equiparen, por ejemplo, a los costos de arrendamientos promedio para tierras de uso ganadero.
La segunda actividad del ciclo se desarrolló en el establecimiento “San Carlos” de la familia Larrosa, ubicado en la zona de Cardozo Chico (departamento de Tacuarembó), 54 km al norte de la ciudad de Paso de los Toros y 96 km al sur de la ciudad de Tacuarembó. “San Carlos” es un establecimiento ganadero pionero en la cría y desarrollo de la raza Border Leicester. La explotación ovina se desarrolla en una fracción del campo que el DMV. Federico Larrosa Duhalde arrienda a su familia. Se trata de un sistema de producción extensivo, orientado a la producción de carne ovina, con foco en la simplicidad y facilidad de manejo. Anualmente se encarneran 400 – 450 ovejas que se manejan en un área de 516 ha, con mayoría de campo natural. El objetivo de “San Carlos”, como cualquier sistema de producción que obtiene su principal ingreso en los ovinos por la carne, pasa por maximizar señalada y peso de venta. Resultó interesante examinar cómo se buscan estos objetivos en “San Carlos”, con el Border Leicester como recurso genético, en un marco general donde la premisa es reducir intervenciones y no complejizar el manejo. Larrosa destacó que, a su juicio, las ovejas en sistemas como éste, deben ser prolíficas, con buena habilidad materna y peso adulto moderado.Entre las principales tecnologías utilizadas destacan: servicios de fin de verano – otoño, parición de fin de invierno – comienzo de primavera, encarnerada de corderas, ecografía y manejo diferencial por carga fetal y doble esquila (pre – servicio y pre – parto). Anualmente la majada de cría se sirve entre marzo y abril, lo que conduce a pariciones en agosto y septiembre. El destete se realiza en enero y los corderos se venden como corderos pesados tipo SUL invernados sobre campo natural entre mayo y octubre del siguiente año. En los últimos años, la señalada potencial promedio (corderos ecografiados sobre ovejas servidas, expresado en porcentaje) alcanza 144 %, mientras que el porcentaje de destete oscila en el eje del 110 %.
El establecimiento obtiene muy buenos resultados reproductivos, buenos niveles de destete y adecuados pesos de venta. Sin embargo, aún existe un importante margen de mejora, dado el potencial reproductivo que año a año se genera. Algunas herramientas que podrían incorporarse sin generar grandes cambios en la premisa general de mantener un esquema sencillo, son el empleo de animales de guarda para mejorar el control de predadores y la utilización de razas carniceras en esquema de cruzamiento terminal que podría conducir a vender corderos más pesados y/o anticipar los momentos de venta.
Los asistentes destacaron la sencillez del enfoque en los ovinos, los resultados que se obtienen en ese marco y la importancia de contar con objetivos de producción claramente fijados y coherentes con los recursos que se le pretenden asignar o destinar al rubro. En otro orden, hubo consenso en subrayar que para sistemas que tienen un ingreso muy bajo o nulo por concepto lana, el peor escenario es tener señaladas magras (inferiores a 100 %) y vender corderos livianos (pesos de carcasa menores a 16 kg). Evidentemente, el objetivo es maximizar ambas variables, procurando de forma ideal vender en kilogramos de corderos en pie un monto similar al peso de la oveja que mantenemos en el campo. Dicho de otro modo, si las ovejas pesan 60 kg, el objetivo sería vender 60 kg de cordero en pie, por oveja. Esto implicaría acercarse al techo de producción de carne en ovinos.
De modo general, los mensajes recogidos en esta jornada y que son extensivos a otros sistemas de producción similares al de “San Carlos”, se pueden resumir en la formulación del siguiente objetivo: más corderos, que sobrevivan, que crezcan rápido y que alcancen el peso de venta lo antes posible de manera de poder maximizar la cantidad de hembras destinadas a la reproducción en el sistema.
La tercera actividad del ciclo “Mejor con Ovinos, escuchando a los protagonistas” continuó en el departamento de Rivera, en la zona de Amarillo, visitando el establecimiento “Marca Norte” de la familia Rodríguez. “Marca Norte” es un establecimiento ganadero sobre sierras de Cristalino, con mayoría de suelos superficiales y moderadamente profundos y afloramientos rocosos, en el centro – este del departamento de Rivera, más precisamente 97 km al sureste de la ciudad capital y 106 km al este de la ciudad de Tacuarembó. El establecimiento cuenta con 926 ha en cinco fracciones cercanas unas de otras, con un índice CONEAT promedio de 76. En cuanto al uso del suelo, el campo natural representa el 85 % del área total con 782 ha, a lo que se suman 114 ha de mejoramientos de campo y verdeos de invierno y 30 ha de monte nativo.
Se trata de un establecimiento ganadero típico de ganadería mixta y alta proporción de campo natural, que maneja aproximadamente 0,75 vacunos por ha y 1 ovino por ha. En vacunos, se utiliza la raza Hereford, en un sistema incompleto con venta de terneros en torno al año de edad, en noviembre, con 320 kg aproximadamente, previo pasaje durante su primer invierno de vida por el área de verdeos de invierno con que cuenta el establecimiento. Los terneros suelen comercializarse con destino a invernada tradicional o corrales de engorde. Las vacas falladas y de descarte se venden gordas a industria. Anualmente el rodeo de cría alcanza aproximadamente 350 vacas.
En ovinos, se utiliza la raza Merino Australiano, en un esquema de ciclo completo con foco en la producción de lanas finas. En cuanto a la producción de carne ovina, se venden borregos a industria, en el otoño, antes de su segundo invierno en el campo (con 18 meses de edad aproximadamente), habiendo sido esquilados una vez y, por otro lado, ovejas de refugo post esquila, a industria o eventualmente en ferias locales. Anualmente se sirven aproximadamente 450 hembras, con encarnerada de otoño y la edad al primer servicio es de 18 meses (2 dientes). La encarnerada se realiza a partir del 15 de abril, con una duración total de los servicios de 45 días. La señalada promedio en los últimos años oscila en torno al 80 %.
Entre los principales objetivos del sistema ovino, se encuentran: propender hacia la simplicidad, mantener el diámetro promedio del lote de lana en el eje de las 18 micras, sostener un peso adulto de la majada en torno a 45 kg y alcanzar pesos de venta en los borregos de 40 kg a los 18 meses de edad.
Considerando sus objetivos productivos el componente mejoramiento genético es muy importante para la familia Rodríguez. En ese sentido, se adquieren carneros de cabañas que están en la Evaluación Genética Poblacional, priorizando animales destacados por datos de DEPs para diámetro, peso de vellón y peso del cuerpo. En el caso de la selección de las hembras de reemplazo: se clasifican por apreciación visual y tamaño, se realiza análisis de OFDA al primer vellón mediante el envío de muestras individuales al laboratorio de lanas del SUL y se plantea alcanzar un peso mínimo individual de 38 kg al servicio. Para ratificar la importancia de contar con ovinos en el campo, Marcelo Rodríguez, administrador de “Marca Norte”, afirmó que el rubro representa un porcentaje de los ingresos brutos igual o mayor a su participación en la carga animal total. De hecho, en la actualidad los ovinos alcanzan un 19 % de la carga animal total y en el promedio de los años contribuyen con un 20 % de los ingresos totales del establecimiento, proporción que puede ser sustancialmente mayor en escenarios de mejores precios para las lanas finas.En 2024, “Marca Norte” produjo 2.874 kg de lana, acondicionada con Grifa Verde, de 18,2 micras promedio y comercializó borregos en otoño que pesaron 39 kg en pie. Estos registros de producción física, sumado a los precios obtenidos por la lana y carne ovina, generaron un ingreso bruto total del rubro ovino de US$ 36/ha. Si se analiza el monto total del ingreso bruto de los ovinos, que fue de US$ 32.038 en 2024, y se lo relativiza a la cantidad de ovejas encarneradas, se puede ver analizar la pertinencia de aumentar la participación de los ovinos en el establecimiento. En un razonamiento que puede servir a otros establecimientos de la región se concluyó que el rubro es rentable, pero si pretende un negocio que cifre más, debe escalarse.
Rivera es uno de los departamentos del norte del país que ofrece mayores posibilidades de crecimiento para el rubro ovino, si se analiza que la carga ovina, según datos de DICOSE, no alcanza siquiera el medio ovino por hectárea de campo natural. Los productores y técnicos de la zona que participaron de la jornada coincidieron en destacar el enfoque ganadero de “Marca Norte”, que incluye al ovino, con objetivos de producción claros, en una lógica de complementariedad con el rubro vacuno, diversificación de ingresos y competitividad en tiempos de déficit hídrico.
La cuarta jornada del ciclo se organizó en el establecimiento “La Tuna” de la firma A. y E. Stolovas Hnos. SG en la zona de Tres Cerros de Catalán, departamento de Artigas. El establecimiento que cuenta con 3.504 ha, se ubica 40 km al sur de la ciudad de Artigas, sobre suelos de Basalto con un índice CONEAT promedio de 40. Se trata de un típico campo que suele catalogarse como criador y/u ovejero. El paisaje tiene una importante participación de escarpas basálticas, afloramientos rocosos y suelos muy superficiales mientras que la escasa proporción de suelos profundos y el monte ribereño se asocia a cursos de agua presentes en el establecimiento.
“La Tuna” cuenta con 26 potreros (superficie máxima 662 ha – superficie mínima 5 ha), 3.455 ha de campo natural y sólo 49 ha de mejoramientos extensivos. En vacunos, se utiliza la raza Braford en un esquema de cría, donde los terneros y terneras post destete se envían a otro predio de la firma para los procesos de recría e invernada. En ovinos, se emplea la raza Merino Dohne en una lógica “doble propósito” moderna de producción de lana fina de valor y venta de corderos pesados al año de edad luego de la esquila de su primer vellón. Similar a lo que sucede con los vacunos, el engorde los corderos se realiza en otro predio de la firma en Paso del León (noroeste de Artigas) sobre praderas y/o verdeos. Los machos suelen enviarse al campo donde se realiza la invernada post destete. En definitiva, considerando las características de los recursos naturales del campo y la complementariedad con otros establecimientos que maneja la firma, “La Tuna” concentra la cría en vacunos y ovinos de la empresa. La referencia general de carga animal con que se maneja “La Tuna” es 0,65 UG/ha, aunque actualmente como consecuencia de la sequía de 2022/2023 y otros ajustes, la carga total alcanza 0,44 UG/ha, con 66 % correspondiente a los vacunos y 34 % a los ovinos.
En los ovinos se aplica un paquete tecnológico muy completo y riguroso con foco en herramientas de bajo costo y alto impacto. Al momento del destete se apartan los corderos de menor peso y desarrollo para ser suplementados y monitoreados en potreros cercanos al casco. En 2025, se realizó suplementación con grano de lupino en comederos de auto – alimentación. Esta estrategia tiene una lógica de reducir la mortandad en el “lote de cola” y equiparar el peso y desarrollo de los corderos más “rezagados” con el resto de la generación, dado que con frecuencia quincenal o mensual se revisa el lote de animales suplementados, se retiran los corderos que cuentan con un peso y desarrollo adecuado y se agregan al lote de corderos destetados sobre campo natural. La selección de las hembras de reemplazo se basa en apreciación visual por características raciales, se exige un peso mínimo individual al servicio de 40 kg, determinación del diámetro en el primer vellón por OFDA con identificación individual y registro de peso de vellón sucio en la primera esquila. En el caso de los carneros, se utilizan reproductores con datos de DEP o Flock Testing provenientes de la cabaña Merino Dohne que la firma posee en otro establecimiento. En el servicio, que se realiza a monta natural por espacio de 35 días a partir del 25 de marzo en el caso de las ovejas adultas y del 5 de abril para las borregas, se pintan los carneros con tierra de color, apartándose las ovejas servidas día por medio, para luego ser reincorporadas al lote a los 14 días, con el correspondiente cambio en el color con que se pintan los machos (se cambia de color cada dos semanas). De esta manera se pretende ir monitoreando el avance de la encarnerada y tener información respecto a la fecha probable de parto y el armado de lotes de parición. Esta información recabada en el servicio, se coteja y complementa con la información que provee la ecografía, que se realiza a los 90 días de iniciados los servicios. En la ecografía se identifican y apartan ovejas con carga fetal múltiple para su tratamiento diferencial con suplementación hasta la parición. Según la información de las ecografías en 2023 y 2024 el porcentaje de ovejas con gestación múltiple promedia 25 % en las ovejas adultas y 12 % en las borregas. Se realiza esquila pre – parto en junio, mientras que las categorías solteras se esquilan en agosto – septiembre. La esquila se realiza con máquina acreditada Grifa Verde y el establecimiento cuenta con certificaciones RWS, Nativa y Orgánica. El diámetro promedio del lote de lana para la zafra 2024 fue 17,9 micras y la producción de lana total alcanzó los 11.761 kg.
Toda esta batería de medidas de manejo, nutrición y mejoramiento genético se apoyan en un control sanitario ajustado. Las dosificaciones antihelmínticas, en las distintas categorías, se realizan en base al monitoreo mensual por análisis coproparasitario (HPG). El establecimiento cuenta con información actualizada de Lombritest, de modo de conocer la eficacia de las drogas que se utilizan para el control químico de los parásitos gastrointestinales. Además, en el verano se hace una revisación individual anual a todos los animales del establecimiento para el control de afecciones podales. El resultado de señalada en los últimos años se ubica en el eje del 90 %, con un tamaño de majada entre 1.500 y 2.000 hembras encarneradas. El Ing. Agr. Martín Weiszman Stolovas, encargado de “La Tuna”, además de repasar todas las tecnologías utilizadas, justificó estos resultados en la elección de los potreros de parición donde se priorizan lugares naturalmente abrigados y fáciles de recorrer, en el loteo de las ovejas por fecha probable de parto, en el manejo diferencial de las ovejas melliceras y en el convencimiento de que ovejas en mejor condición corporal paren corderos más pesados, y corderos más pesados mueren menos.
El caso de “La Tuna” muestra que las herramientas disponibles para mejorar el desempeño reproductivo y los resultados físicos y económicos en los ovinos son conocidas y han sido extensamente documentadas y validadas. El éxito no radica tanto en conocer esas herramientas, sino en aplicarlas. Al cierre de la jornada, los integrantes de la firma compartieron su testimonio respecto a la importancia de los ovinos en la empresa, donde el rubro representa aproximadamente el 40 % del ingreso bruto total. En el caso de “La Tuna”, destacaron especialmente el impacto que tiene contar con ovinos en campos de Basalto ante la ocurrencia cada vez más frecuente de temporadas de déficit hídrico severo. Los ovinos tienen un desempeño productivo superior a los vacunos en esos escenarios, y en caso que se tenga que prescindir de parte del stock, es relativamente más fácil volver a poblar los campos con la especie ovina.Finalmente, la quinta y última jornada del ciclo “Mejor con Ovinos, escuchando a los protagonistas” tuvo lugar en el establecimiento “La Concordia” de la familia Notejane, ubicado en la zona de Salsipuedes, en el suroeste del departamento de Tacuarembó. “La Concordia” se encuentra sobre la Ruta 20, en la margen este del arroyo Salsipuedes, límite departamental entre Río Negro y Tacuarembó, 29 km al noroeste de Paso de los Toros y 136 km al sur de la ciudad de Tacuarembó.
El establecimiento cuenta con 635 ha en dos fracciones, una al norte y otra al sur de la Ruta 20. El índice CONEAT promedio es 90. Los suelos son típicos de Basalto, con una interesante combinación de suelos superficiales y profundos. “La Concordia” cuenta con un 47 % de suelos de Basalto superficial y 40 % de suelos de Basalto profundo, más un 13 % de suelos intermedios y bajos asociados al arroyo Salsipuedes. La explotación ganadera se desarrolla utilizando 14 potreros, con 580 ha de campo natural, 20 ha de verdeos de invierno y 35 ha de montes de abrigo y sombra en convenio con UPM Forestal Oriental.
La carga animal registrada al momento de la visita fue 0,74 UG/ha, con 61 % de la misma correspondiente a los vacunos y 34 % asociada a los ovinos. Como referencia general, “La Concordia” maneja dos ovinos por hectárea. En los vacunos, se hace cría con venta de terneros al destete y vacas gordas a industria o vacas de invernada. Anualmente integran el rodeo de cría 200 hembras aproximadamente. Se utilizan las razas Hereford y Aberdeen Angus, criadas en forma pura. En los ovinos, se cuenta con un ciclo completo con la raza Merino Australiano, con venta de borregos de 2 a 4 dientes, en el otoño, habiendo sido esquilados una sola vez o eventualmente después de la esquila de su segundo vellón en la primavera. Se realiza servicio de otoño, generalmente iniciando en el mes de abril y se encarneran borregas de 2 dientes (18 meses de edad). Otras tecnologías utilizadas son: uso de ecografía, esquila pre – parto entre julio y agosto y esquila de las categorías solteras en septiembre, parición de primavera y destete en enero sobre pasturas seguras (potrero reservado libre de pastoreo ovino por 60 – 90 días). Dependiendo de las particularidades de cada año y del peso al destete de los corderos, se ha recurrido a la suplementación para mejorar los resultados de la recría ovina y alcanzar los objetivos productivos en machos y hembras. “La Concordia” cuenta, por un lado, con una majada general con foco en la producción de lanas superfinas (entre 15,6 y 18,5 micras) y ultrafinas (menos de 15,5 micras) y producción de carne ovina, y, por otro lado, con un plantel para la venta de reproductores machos y hembras con datos de DEPs, puesto que la cabaña integra la Evaluación Genética Poblacional de la raza. “La Concordia” integra el Consorcio Regional de Innovación de Lanas Ultrafinas del Uruguay (CRILU) y fue predio foco del FPTA 350 CRILU Merino$.
El desempeño reproductivo en 2024 de la majada de cría registró en 470 ovejas encarneradas, 92 % de preñez con 28 % de mellizos y 80 % de señalada. Si bien existe un margen de mejora para cosechar más corderos, la empresa considera que los resultados son satisfactorios para el nivel de intervención que se está dispuesto a realizar. En lo que refiere a la sanidad ovina, se realizan las tomas estratégicas (pre – servicio, pre – parto, señalada y destete) y se monitorean las categorías de recría a través del muestreo mensual de HPG. Se reservan potreros para el destete de los corderos, mientras que en cuanto a enfermedades infecciosas se hace una vacunación anual contra clostridiosis y los corderos se vacunan contra Ectima contagioso en la señalada. No se reportan problemas de afecciones podales y para el control de ectoparásitos se hace aplicación de producto pour – on inmediatamente post esquila.
Fernando Notejane, administrador del establecimiento, compartió información relativa a los resultados de producción física y económica del rubro ovino en 2024. En este sentido, se destacó la venta de 250 borregos, de 42 kg promedio en pie, que alcanzaron 18 kg de peso de carcasa promedio en el frigorífico y se comercializaron a US$ 4,19/kg, un precio particularmente bueno en el contexto histórico. Por otro lado, el establecimiento produjo aproximadamente 6 kg de lana por ha, de 16,3 micras y 81,5 % de rendimiento al lavado, acondicionada Grifa Verde y con certificación RWS, que se valorizó a US$ 7,20 el vellón y US$ 1,00 los subproductos (precio 90/10). Estos registros de 2024 determinaron que el rubro ovino generó un ingreso bruto total de US$ 72/ha, con un 57 % correspondiente a la lana y 43 % a la carne ovina, sin considerar la venta de genética. Más allá de la importancia que tiene la lana fina en estos sistemas de producción, que en años de precios buenos o muy buenos alcanzó registros cercanos a los US$ 15/kg para la lana del establecimiento, hubo acuerdo en señalar la relevancia de apuntalar los procesos de reproducción, crecimiento y engorde de los corderos o borregos para obtener también buenos ingresos por concepto carne ovina.
La familia Notejane planteó que pretende continuar con el proceso de afinamiento de su lote de lana, en el entendido que la producción de lanas superfinas y ultrafinas genera la posibilidad de acceder a mayores precios y más agilidad de comercialización. Por otra parte, también se subrayó la importancia de atender y no descuidar la producción de lana individual y el peso del cuerpo. La visita a “La Concordia”, en el marco de este ciclo, permitió examinar el rol y aporte que puede tener y tiene la producción de lana fina de alto valor en la ganadería extensiva del Basalto, constatar que la producción física con buenos indicadores sostiene resultados económicos atractivos en escenarios de precios “magros” y reflexionar sobre la importancia de los ingresos por carne ovina en sistemas que producen lanas superfinas y ultrafinas.
Comentarios finales
En un escenario general de desánimo y cierta frustración respecto del rubro ovino, también hay productores entusiasmados y resilientes. Estos entusiastas de la oveja comprenden que el negocio ovino es un continuo, que alcanzar buenos ingresos, en escenarios de precios poco satisfactorios y costos crecientes, depende de la productividad y que sostener sus sistemas de producción, en tiempos de crisis, realizando los ajustes que los mercados requieren, es fundamental para tener éxito con coyunturas más favorables. Este ciclo pretendió visibilizar algunos de estos casos, y difundir con más fuerza experiencias en las cuales la oveja es una opción rentable, segura y exitosa. En la promoción del rubro ovino vale aquello de “tenemos buenas historias para contar, simplemente hay que contarlas con más frecuencia”.
El equipo técnico de SUL agradece a los productores, técnicos y público en general que acompañaron las actividades y especialmente a los productores anfitriones de este ciclo, por su buena disposición y voluntad para compartir sus experiencias y resultados. En el canal de YouTube de la institución se puede encontrar testimonios recogidos en este ciclo y material complementario.
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