SUL e INIA presentaron de forma conjunta información relacionada con producción ovina intensiva el pasado 17 de mayo en el departamento de Paysandú.

El objetivo de la actividad fue analizar aspectos asociados al desarrollo de emprendimientos de producción ovina intensiva en predios de pequeña escala, tanto para cría como para engorde de corderos.

En la organización y el apoyo colaboraron las gremiales lecheras APLPE y APLP dado que en predios en los cuales hoy se realiza lechería, la inclusión del rubro ovino en otras épocas, les permitió una diversificación de los ingresos, que al día de hoy es muy necesaria y valorada.

Respecto al programa, la Dra. Georgett Banchero de INIA desarrolló el tema de “Aspectos fundamentales para una cría ovina intensiva”. Banchero puso énfasis en aspectos de manejo y alimentación que permitirían, con mejoramientos forrajeros, una carga de 6 ovejas de cría por ha produciendo 9 corderos, con 150 % de señalada con razas prolíficas. Este esquema, permitiría que un productor con 35 ha estableciera una unidad económica y pudiera sustentar a su familia manteniendo 200 ovejas encarneradas y produciendo 300 corderos en un año de trabajo.

Por otra parte, participantes en la jornada manifestaron inquietudes acerca de cuál sería la forma de comercialización y plantearon como posibilidad la realización de cierto tipo de “certificación” zonal, con la anuencia de las autoridades correspondientes con el objetivo de agregar valor a esos corderos. En este sentido, se entiende que la forma de venta es un aspecto fundamental a resolver para concretar estas propuestas intensivas.

Por otro lado, el Ing Marcelo Grattarola del SUL, expuso el tema de “El negocio de engorde de corderos” con alimentación de verano e invierno, en corderos ya destetados, para su extracción como cordero pesado. Este esquema, para algunos productores lecheros que tienen interés de recibir corderos bajo el régimen de capitalización, resultaría en U$ 8-10 neto por cordero, en un acuerdo de 100% de la lana más el 20% de la ganancia en carne, para el criador.

Por otro lado, se plantea que el dueño del pasto reciba bajo esta propuesta el 80 % de la ganancia del período; en pasturas mejoradas con buen manejo y sanidad, a las cargas usuales de 20 a 30 corderos por há, y a los precios actuales,  este negocio le aportaría entre U$ 160 y 300 por hectárea.

Por último, el Ing Marcelo Buenahora de la Dirección General de Desarrollo Rural del MGAP expuso sobre el último llamado denominado “Innovación en las cadenas de valor y producción ovina”. Este Programa busca promover la ejecución de proyectos con carácter innovador que mejoren la inserción de los productores agropecuarios familiares y medianos en las cadenas de valor del rubro ovino así como impulsar los procesos asociativos y generar más oportunidades e ingresos para los mismos.

Para culminar la actividad, se concurrió al predio de la familia Brasesco Gómez, dónde se instaló un sistema intensivo de producción ovina con raza Highlander, con 150 lanares en 13 ha, de los cuales 90 son ovejas de cría, con venta de corderos a fin de año. En este predio se pudo apreciar un abrigo de parición y un perro “Maremmano” de guarda, entre otras tecnologías aplicadas.

La actividad finalizó con una decisión clara de los expositores y participantes de continuar con los estudios de esquemas de producción intensiva de ovinos, acompañar a aquellos productores que elijan implementar nuevos casos, y así obtener nuevos insumos que permitan avanzar en el análisis del tema.

Resulta de interés destacar que, el rubro ovino sigue realizando un aporte social y económico muy importante en zonas con predios de menor superficie, que necesariamente deben buscar alternativas de producción que sean viables y rentables para mantener un nivel de vida adecuado.

La producción ovina además, favorece el arraigo de la familia en el campo en busca de una vida más tranquila y saludable, y así poder generar ingresos genuinos para toda la sociedad. En este sentido, Uruguay cuenta con excelente capital humano y recursos tecnológicos suficientes para desarrollar una producción en forma más intensiva, que no sólo permita el sustento de una familia, sino además, su permanencia en el medio.