Como consecuencia de las abundantes lluvias ocurridas este año –especialmente en el otoño- en las esquilas se está observando una incidencia relativa mayor de lanas con defectos de coloración.
Bajo prolongadas condiciones de humedad y temperatura, puede ocurrir una afección de la piel y la lana que se conoce como “fleece rot” o podredumbre del vellón[1]. Se presenta como bandas horizontales en la mecha con alteraciones del color, observándose tonalidades principalmente amarillas, pero también naranjas o verdes. Esto por acción de bacterias del grupo de las Pseudomonas –que se encuentran normalmente sobre la superficie de la piel -son las que proliferan en estas condiciones climáticas.
Si bien se da mayoritariamente sobre el lomo del animal (y en la cruz particularmente), puede afectar una mayor proporción del vellón en situaciones más extremas. Que los vellones la tengan, hace que su calidad se vea desmerecida.
Al momento de la esquila y el acondicionamiento de las lanas, el color es una de las características que inciden en la categorización de vellones por calidad. Se recuerda que los vellones VA son los superiores, sin defectos de coloración. En caso de coloración cremosa algo subida, serán identificados como VB, y de tener problemas notorios de calidad por caso de amarillamiento, serán VI (inferiores).
Es fundamental contar con información detallada del romaneo del lote para saber con precisión la proporción de bultos de VA, VB y VI -dentro de la lana vellón -que se obtuvieron en la esquila. En el comercio local se mantiene la tradición de pagar por un lote con la proporción 90 - 10 vellón y barriga.
A su vez, se recomienda medir en el laboratorio de lanas el color de los fardos categorizados como VB o VI. Con esto, se podrán comparar el resultado objetivo del VA de borregos y adultos con aquellos vellones con ciertos defectos de coloración, así como cuantificar cuánto más amarillentos resultaron.
El color se determina en lana lavada y los resultados se expresan como luminosidad o brillo (Y) y grado de amarillamiento (Y-Z). Valores más altos de Y son deseables (65 y más) mientras que valores más bajos de Y-Z indican lanas más blancas (2 y menos, incluso valores negativos) en la escala C/2 informada.
Como además de los factores ambientales mencionados hay incidencia de la genética, se sugiere en las diferentes razas, considerar en la elección de reproductores a usar, animales sin vellones afectados, especialmente en los carneros.
[1] Ver artículo en web de SUL “Revista Ovinos” de octubre de 2010